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Vive las Consecuencias. Lucas 16.

Nadie puede escaparse de las consecuencias de sus actos. Toda acción tiene una reacción en el mundo a esto se le conoce como la ley de la compensación pero en la vida espiritual es conocido como la ley de la siembra y la cosecha es inevitable que coseches lo que siembras. Gálatas 6: 7 “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.
Toda semilla está hecha para dar fruto y lo más importante es que toda semilla da fruto multiplicado. 

En este capítulo el mayordomo estaba sembrando en sus amigos para cosechar el día de mañana. V 3-5 “Entonces el mayordomo dijo para sí: ¿Qué haré? Porque mi amo me quita la mayordomía. Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza. Ya sé lo que haré para que cuando se me quite de la mayordomía, me reciban en sus casas. Llamando a cada uno de los deudores de su amo, dijo al primero: ¿Cuánto debes a mi amo?
Aunque el mayordomo no era honesto con su amo fue alabado por el al ver la astucia con que obro, muchos cristianos confiamos en Dios pero no somos previsivos. V 8 “Y alabó el amo al mayordomo malo por haber hecho sagazmente; porque los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz.
Nuestra condición de cristianos nos debe llevar a confiar ciegamente en Jesucristo pero esto no quiere decir que tengamos que prever momentos difíciles.
Como quieres vivir el futuro depende de como vives el presente. Lo que hagas hoy vivirás las consecuencias mañana. A lo que vamos a cosechar el día de mañana se le llama consecuencia.
Como evitar una mala cosecha o una mala consecuencia.
1. Piensa que  cosecharas lo que siembres. Esto nos lleva a pensar que si queremos cosechar frutos de calidad debemos sembrar semilla de calidad.
2. Escoge muy bien lo que vas a sembrar. Si estas cansado de cosechar cosas malas deberías pensar en cambiar lo que estas sembrando.
Que cosas podemos sembrar hoy para cosechar mañana.
1. Amor. Todos los seres humanos queremos que nos traten bien pero por lo general no hacemos lo mismo con los demás. Mateo 22: 39  Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
2. Buen Trato. Mateo 7: 12 “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.” El adagio popular en el mundo dice no hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti. Jesucristo va más allá él dice has a otros lo que quieres que te hagan a ti. No se trata tan solo de no hacer lo malo también es necesario hacer lo bueno.
2.1. Deja la gritería y la Amargura Efesios 4: 31 “Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.
2.2. Siempre ten una palabra de Estímulo para los demás.
2.3. Saluda sin ningún interés. Nada pierdes antes por lo contrario ganas mucho si dices: buenos días, buenas tardes, gracias por favor etc.
3. Buen Cuidado de Nuestro cuerpo. 1 Corintios 3: 16 “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?
3.1. Una buena alimentación balanceada nos dará como consecuencia un cuerpo lleno de vitalidad.
3.2. Ejercicio físico una vida sedentaria como consecuencia tendrá un cuerpo enfermo.
3.3. Buen cuidado de nuestra mente. Si quieres estar sano en tu cuerpo mantén una mente sana y la única forma de mantener una mente sana es alimentándola de buenos pensamientos. Filipenses 4: 8 “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
4. Generosidad. Lucas 16: 7 “Después dijo a otro: Y tú, ¿cuánto debes? Y él dijo: Cien medidas de trigo. Él le dijo: Toma tu cuenta, y escribe ochenta.” si hoy somos generosos mañana tendremos personas que también estarán pendientes de nosotros para darnos si es que necesitamos algo.
Todo lo que hagamos en esta vida tiene una consecuencia sea buena o mala. Antes de hacer algo piensa muy bien que es lo que quieres cosechar el día de mañana. Nuestra actitud es la que determina que tengamos una vida de éxito o de fracaso.