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Libres en Cristo Jesús. Gálatas 3


A nivel espiritual la humanidad estaba dividida en dos Gentiles y judíos, unos salvos y los otros condenados, Jesucristo muere y resucita para hacer de estos dos pueblos uno solo. V 27: 28 “porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.
La preocupación del Apóstol Pablo era que muchos gentiles conociendo de Cristo se volvían a la ley. V 1-2 ¡Oh gálatas insensatos! ¿Quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado? Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe?

Hoy en día muchos conociendo de Cristo se vuelven a la idolatría y a todas las antiguas prácticas y tradiciones del mundo.
La ley solo era el medio para llegar a Cristo. V  24 “De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.
Obedecer la totalidad de la ley era imposible y por este hecho todos eran malditos. V 10 “Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.
Jesucristo nos hace libres de la ley. V 13 “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),
La Ley solo servía hasta la venida de Cristo. V 19 “Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador.
En este caso estamos hablando de la ley dada a Moisés pero también podríamos hablar de las diferentes leyes que nos esclavizan a un tipo de vida muy diferente al que Dios quiere para nosotros.
Hay diferentes leyes que encontramos en nuestra vida.
1. Prejuicios de diferente orden tales como el machismo y el racismo. V 28 “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.” Todos los seres humanos somos diferentes en nuestro ser pero tenemos los mismos derechos y oportunidades.
2. Creerse menos o más que los demás. Este tipo de trauma hace que no aceptemos la ayuda de los demás o que nos estanquemos en lo que hacemos.
3. Miedos. Miedo al cambio, al empezar de nuevo, miedo al que dirán. Las personas que le tienen miedo al que dirán se convierten en esclavas de los demás y en su afán de encajar en algún grupo social terminan haciendo cosas que después los meten en problemas.
El saber que ahora todos somos iguales causa cosas maravillosas en nuestra vida.
1. En lo Espiritual. Sabemos que todos tenemos derecho a la salvación y sobre todo todos somos hijos de Dios esto debe servirnos para considerarnos muy importantes.
El saber que somos importantes hace que podamos avanzar y progresar en todo lo que hagamos.
2. En lo secular. Si sabemos que todos somos iguales no nos aprovechamos ni maltratamos a los demás.
2.1. En el hogar. Nos respetamos como pareja y como hijos o padres. El esposo no se cree más que la esposa y la esposa se valora de manera que puede convertirse en la ayuda idónea que es.
Solo Jesucristo es quien nos hace libres de todo prejuicio. El estar libres de todo prejuicio hace que podamos vivir de manera armoniosa y feliz. Recuerda Jesucristo no solo nos hace iguales también nos da una nueva identidad ahora somos hijos de Dios.