En este mundo donde todo se mueve
de manera acelerada es muy común que se nos agote la paciencia. La
incomprensión y la intolerancia son el común denominador en cualquier relación.
La ira causa enfermedades psicológicas,
físicas y espirituales.
El
tomar decisiones en momentos de ira hace que nos lamentemos de los actos que
cometemos. Produciendo en nosotros infelicidad. V 3 “Oh Jehová Dios de Israel,
¿por qué ha sucedido esto en Israel, que falte hoy de Israel una tribu?”
El tomar decisiones cuando estamos
airados siempre ocasiona consecuencias negativas. Que hacen que después nos
arrepintamos de lo que hacemos. V 6 “Y los hijos de Israel se arrepintieron a causa de Benjamín
su hermano, y dijeron: Cortada es hoy de Israel una tribu.”
Piensa muy bien antes de hablar y
sobre todo antes de asumir compromisos delante de Dios y de los demás. V 7 “¿Qué haremos en cuanto a mujeres para
los que han quedado? Nosotros hemos jurado por Jehová que no les daremos
nuestras hijas por mujeres.”
No amenaces a tus hijos a tu pareja
o al grupo de personas que frecuentas con cosas que no puedes cumplir o que el
cumplir te puede causar mucho daño. Las promesas de castigo para tus hijos
deben ser coherentes, algo que puedas cumplir para que no pierdas la autoridad.
No busques solucionar tus errores
con más errores. Busca soluciones que no causen más daño a otras personas.
Muchas veces la cura resulta peor que la enfermedad. V 8-10 “Y dijeron: ¿Hay alguno de las tribus
de Israel que no haya subido a Jehová en Mizpa? Y hallaron que ninguno de
Jabes-galaad había venido al campamento, a la reunión. 21:9 Porque fue
contado el pueblo, y no hubo allí varón de los moradores de Jabes-galaad. 21:10
Entonces la congregación envió allá a doce mil hombres de los más valientes, y
les mandaron, diciendo: Id y herid a filo de espada a los moradores de
Jabes-galaad, con las mujeres y niños.”
Las malas decisiones o las
decisiones tomadas en momentos de ira siempre producen mal tras mal. V 18-20 “Pero nosotros no les podemos dar
mujeres de nuestras hijas, porque los hijos de Israel han jurado diciendo:
Maldito el que diere mujer a los benjamitas. 21:19 Ahora bien, dijeron, he aquí
cada año hay fiesta solemne de Jehová en Silo, que está al norte de Bet-el, y
al lado oriental del camino que sube de Bet-el a Siquem, y al sur de
Lebona. 21:20 Y mandaron a los hijos de Benjamín, diciendo: Id, y poned
emboscadas en las viñas,”
Consecuencias de la Ira:
1. Puedes en un segundo destruir lo
que te ha tomado toda una vida construir. Esto puede suceder en los negocios,
en la vida familiar o personal.
2. Daña las relaciones
interpersonales, con nuestras palabras podemos causar daño a los que más nos
aman. Hay personas que toda la vida nos han ayudado y quizás nosotros llevados
por la ira no nos dimos cuenta.
3. Impide que seamos objetivos en
nuestro análisis del problema. Podemos ser injustos con los demás.
4. Es causa de que las demás
personas huyan y no quieran relacionarse con nosotros haciéndonos sentir
rechazados.
5. La Ira solo nos hace hacer lo
malo. Salmo 37: 8 “Deja la ira, y desecha el enojo;
No te excites en manera alguna a hacer lo malo.”
No te excites en manera alguna a hacer lo malo.”
6. Enceguece. No nos deja ver y por
lo tanto nos causamos daño y causamos daño a los demás de manera física y
emocional. Padres que maltratan físicamente a sus hijos con tanta severidad que
los dejan lesionados de por vida. Otros los maltratan tanto de manera
psicológica que igual los dejan lesionados mentalmente de por vida.
Es inevitable airarse pero es
necesario controlarse. Efesios 4: 26-27 “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro
enojo, 4:27 ni deis lugar al diablo.”
Nunca pienses en pagar mal por mal
eso no le agrada a Jesucristo. Proverbios 20: 22 “No digas: Yo me vengaré; Espera
a Jehová, y él te salvará.”
El controlar la ira es de sabios.
Proverbios 29: 11 “El necio da rienda suelta a toda su ira,
Mas el sabio al fin la sosiega.”
Mas el sabio al fin la sosiega.”
Nuestra respuesta frente a la ira
de los demás es lo que determina que se viva en paz o en contienda. Santiago 1: 19- 20 “Por esto, mis amados hermanos, todo
hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; 1:20
porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.”
No dejes que la ira envenene tu
alma. Jesucristo puede darnos paz, solo él puede darnos poder y dominio propio.
Antes de tomar una decisión o declarar algo en contra de los demás
tranquilízate toma aire y deja que tus ideas se aclaren.