Nosotros también hemos oído que Jesucristo ha hecho muchos milagros que ha sanado y restaurado muchas vidas.
La reina de Saba se incomodó para poder ir a ver a salomón. Hizo un viaje muy largo y sabes algo ella no se presentó con las manos vacías. V 2 “Y vino a Jerusalén con un séquito muy grande, con camellos cargados de especias, y oro en gran abundancia, y piedras preciosas; y cuando vino a Salomón, le expuso todo lo que en su corazón tenía.”
Ella necesitaba que salomón le resolviera algunas preguntas que para ella eran difíciles y que a lo mejor consideraba que no tenían respuesta.
Salomón le contesto todas sus preguntas. V 3 “Y Salomón le contestó todas sus preguntas, y nada hubo que el rey no le contestase.” Jesucristo también tiene la respuesta a cada una de nuestras necesidades.
A Jesucristo le molesta que la mayoría del cristianismo moderno sea tan acomodado y que le cueste buscarlo. Jesús es mayor que Salomón. Mateo 12: 42 “La reina del Sur se levantará en el juicio con esta generación, y la condenará; porque ella vino de los fines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, y he aquí más que Salomón en este lugar.”
Jehová también quiere que nos presentemos delante de él pero no con las manos vacías. Deuteronomio 16: 16 “Tres veces cada año aparecerá todo varón tuyo delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere: en la fiesta solemne de los panes sin levadura, y en la fiesta solemne de las semanas, y en la fiesta solemne de los tabernáculos. Y ninguno se presentará delante de Jehová con las manos vacías;”
La mejor forma de no presentarnos con las manos vacías es cuando nos entregamos a él en sacrificio vivo. Romanos 12: 1 “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.”
Salomón dio a la reina mucho más de lo que ella le llevo. V 13 “Y el rey Salomón dio a la reina de Sabá todo lo que ella quiso, y todo lo que pidió, además de lo que Salomón le dio. Y ella se volvió, y se fue a su tierra con sus criados.”
Jesucristo nos da mucho más de lo que nosotros hacemos por su obra. Los diezmos, ofrendas y primicias que damos son devueltas cien veces más. Mateo 19: 29 “Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna.” lo que Dios nos devuelve no necesariamente es de manera material lo recibimos en bienestar en nuestra familia en paz y gozo en nuestra alma.
Lo único que debemos hacer es dejar la pereza y buscarlo en el templo. Hebreos 10: 25 “no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.”
Date una oportunidad con Jesucristo no es suficiente con saber de Dios solo por referencia de otros. Anímate y conoce a Jesucristo de manera personal. Lo que le habían contado a la reina no era nada comparado con lo que ella vivió cuando tomó la decisión de ir a ver al rey. Nuestro rey es mucho más grande que Salomón. V 6-7 “Y dijo al rey: Verdad es lo que oí en mi tierra de tus cosas y de tu sabiduría; 10:7 pero yo no lo creía, hasta que he venido, y mis ojos han visto que ni aun se me dijo la mitad; es mayor tu sabiduría y bien, que la fama que yo había oído.”
Los que sirven a Jesucristo siempre tendrán la bendición de estar a su lado y disfrutar de su presencia maravillosa. Su presencia está acompañada de su palabra maravillosa, palabra de Sabiduría. Su presencia es lo que sana o hace milagros. V 8 “Bienaventurados tus hombres, dichosos estos tus siervos, que están continuamente delante de ti, y oyen tu sabiduría”
Si la reina de Saba dejo sus tierras y se dispuso a viajar muy lejos para conocer a l rey. Porque tú te dejas doblegar por el frio, el calor o simplemente la pereza. Nunca dejes de congregarte como algunos tienen por costumbre. Busca siempre a Jesucristo él tiene la respuesta a tu necesidad.